El trípode: tu mejor amigo en la noche
En este sentido, lo adecuado es
contar con un trípode para garantizar
la estabilidad de la toma. Esto se debe a que, por la ausencia de luz natural,
es necesario hacer determinados ajustes que incluyen una velocidad de
obturación lenta. Por ello es vital que el dispositivo tenga una posición fija.
Elementos cruciales
Cabe destacar, una vez que se
coloca la cámara sobre el trípode es importante evitar mover la pieza. Al momento
de disparar, se activa la velocidad de
obturación y al producirse un mínimo movimiento se puede ocasionar una
trepidación que hace que la fotografía salga borrosa.
Por consiguiente, es importante que
el trípode sea estable para lograr que la cámara se mantenga fija. Debe tener a
su vez un peso moderado para poder
transportar de un lugar a otro sin
inconvenientes.
Qué tipo de
trípode es el más idóneo
Para hacer la toma
nocturna lo ideal es utilizar un trípode
estándar de 3 patas. Así se podrán abrir las patas y ajustarlas a la superficie
en la cual se hará la toma. Esto permite hacer modificaciones en la altura y el
ángulo, entre otras cosas. Además, puedes utilizar uno que integre un gancho extraíble, que permita sujetar un poco más de peso y lograr
mayor estabilidad.
Cabe
destacar, los trípodes suelen traer un cabezal
o rótula para asegurar la cámara al trípode. En algunas ocasiones se pueden
cambiar según las necesidades y preferencias del fotógrafo.
El trípode: tu mejor amigo en la noche
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